Seguro que suena a cuento, pero el incidente de Japón es responsable del cambio de la tonalidad del color de los coches. Y no digo de coches japoneses, sino del mercado global. Todo esto tiene una explicación, así que allá vamos.
Las pinturas de los coches, necesitan de un pequeño pigmento para darles un matiz brillante característico. Estos pigmentos, no son más que diminutas placas de óxido de aluminio, pero requieren de un proceso complejo de cristalización para fabricarse, y después incorporarla a la pintura de los automóviles. Este pigmento se llama Xirallic, y el problema radica en que sólo existe una fabrica en el mundo capaz de producirlo. Es lo que te imaginas, la planta de producción se encontraba en Japón, concretamente en Fukushima, y ha sido completamente destruida. Este elemento tiene una patente japonesa, esa es la razón por la que se produce allí, aunque el propietario de la planta, Merck, sea alemán.
Las consecuencias, pues están a la vista, los colores de los vehículos serán ligeramente menos brillantes, aunque este cambio de tonalidad será más acusado en colores oscuros y rojos. Aunque sea un detalle relativamente poco apreciable, y que no acarrea ningún tipo de problema con la pintura, sólo la tonalidad, algunas marcas como el Grupo VAG ya están advirtiendo a sus clientes que el color del coche que reciban podría variar respecto al pedido.
Fuente | Yahoo Cars
Vía | Diariomotor
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