El Downsizing podría llegar a la saga Mustang de la mano de un 2,3L Ecoboost

Era algo de esperar, el Downsizing está llegando a todos los fabricantes y no sólo eso, sino que lo hace para todos los tipos de vehículo. Sin embargo, resulta curioso que una marca americana, sea la que esté relegando sus grandes motores de alto cubicaje al olvido y reemplazándolos por propulsores más eficientes con tecnología Ecoboost. Y ya lo decíamos, el próximo Mustang será un modelo global, por lo que se tendrá que adaptar a la nueva tendencia de la alta eficiencia.

El rumor de que se eche mano de un propulsor de 4 cilindros turboalimentado era ya sabido, pero lo que no sabíamos es que pueda utilizar un 2.3L. De hecho es un rumor que hay que coger con pinzas, y es que utilizar este propulsor significaría desarrollarlo desde cero. Motor Authority si que cree en esta solución, pero sería algo raro que no se utilizaran los ya existentes 2.0 Ecoboost de hasta 250CV (en el Focus ST) o el 2.5T con potencias cercanas a los 350CV. 

Las motorizaciones más altas también se apuntarían a la sobrealimentación, con un 2,7L V6 Ecoboost. La potencia de éste debería situarse por encima de los 350CV, dejando paso a la versión GT500 como último escalón en la gama. Este último si que no rechazará montar bajo en capó un enorme V8 atmosférico, que según CarandDriver desarrollaría más de 600CV con una cilindrada de nada menos que 5,8L.

Todo esto parece una novedad, pero no olvidemos que el Mustang ya ha llevado en alguna de sus generaciones motores turbo. Me refiero concretamente al Mustang SVO de 1984, que precisamente hacía uso de un propulsor sobrealimentado de 2,3L (probablemente esta sea la fuente del rumor) alcanzando potencias de hasta 205CV.

La nueva generación del "pony car" por excelencia llegará en 2014 y promete un cambio radical de filosofía para adaptarse a la nueva era. Ya se sabe, renovarse o morir.

En Automóvil Hoy | El próximo Mustang se olvidará de americanadas